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Viña del Mar, el festival que ya no lanza sino que reivindica

23.02.2011 18:26

El legendario evento de la canción latinoamericana se transforma en un espectáculo más televisivo que musical, donde son menos atractivos los concursantes que los "chismes" o la madrinaEl cantante y compositor brasileño Roberto Carlos recibe el premio Gaviota de Plata
El cantante y compositor brasileño Roberto Carlos recibe el premio Gaviota de Plata | AFP

El hecho de que la apertura del Festival Internacional de la Canción Viña del Mar le tocase al veterano cantante brasileño Roberto Carlos es, quizás, reflejo de lo que significa hoy en día este concurso.


De casi 70 años y con el registro de más discos vendidos en América Latina, Roberto Carlos tuvo probablemente su auge hace varias décadas. Hoy es un recuerdo de una luminaria época que fue y que quizás ya no es; que vive de éxitos pasados y no presentes.


Un poco como el mismo Festival de Viña. En Chile aún tiene enorme seguimiento, como evidencia su presencia en la prensa.


Pero en el resto de América Latina, se puede decir que musicalmente llegó a tener más repercusión e importancia en otras épocas en comparación a la actual, en donde prepondera el espectáculo, Youtube y el acceso inmediato a la música sin el monopolio de la figura de un festival.


"Ha decaído su importancia porque en su mejor momento no había otros festivales igual de importantes
en la región. Pero el tiempo pasa, las sociedades cambian y el espectáculo también, y ahora el Festival compite con otros eventos similares en los diferentes países latinoamericanos", le dice a BBC Mundo Juan Antonio Muñoz, editor de espectáculos del diario chileno El Mercurio.


"Y yo creo que los mismos organizadores se han dado cuenta, pues cada año tratan de mejorar la competencia. Sin embargo, es un fenómeno que le pasa a todos los festivales de la canción en el mundo, que actualmente están en detrimento, como por ejemplo el de San Remo o el de Benidorm, de los cuales tampoco se habla tanto ya", agregó.


En esta edición que comenzó el lunes y termina el sábado 26, se espera la participación de estrellas del espectáculo como el mexicano Marco AntonioSolís, los puertorriqueños de Calle 13 y Chayanne, el británico Sting y el español AlejandroSanz.


Plataforma vencida

El hecho de que el Festival de Viña tenga garantizado un elenco que seguramente complacerá al público presente (y a los patrocinantes que pagan sumas millonarias para mantener la transmisión televisiva), también deja en evidencia que la competencia del festival tampoco parece prioridad.


El evento es trending topic (tema más visto) en la red social Twitter con el nombre #festivaldeviña. Pero muchos de los comentarios sobre el tema se basan más en el espectáculo ofrecido, la participación de tal o cual artista o, sencillamente, del chisme.


"A pesar de todo disfruto viendo la farándula del #festivaldeviña. Qué manera de cahuinear (hablar por la espalda de otro, en chileno). ¡Todos de todos! ¡Ta buenísimo!", escribe una participante del foro digital.


Si bien es cierto que el atractivo del festival son todas estas cosas, también existe la impresión de que el área más sacrificada es la del concurso musical, que parece haber dejado de ser una plataforma para una exitosa carrera musical.


"La competencia era muy importante, venían nombres de prestigio. Ya no. La calidad es muy mala", apunta Muñoz.


Se podría decir que el Festival de Viña no puede equipararse a lo que en el fútbol sería el Mundial de Fútbol, ni siquiera la Copa América.


En este sentido, es poco probable que los nombres de los competidores de esta edición, como el panameño DannyRicardo, el chileno Eric o la canadiense Sierra Noble estén resonando actualmente en las listas de éxitos musicales del continente.


"Aquí saltó a la fama Julio Iglesias, se dio a conocer Luis Miguel, hoy en día estrellas indiscutidas. Pero ahora la competencia no tiene relevancia, sobre todo porque el mismo jurado está compuesto de estrellas televisivas y no de expertos en la materia", destaca Muñoz.


La esperanza

Al margen de una discusión sobre si hoy en día Viña del Mar tiene o no calidad musical entre sus participantes, hay varios temas que acaparan el interés en la cobertura del evento.


La edición pasada debió ser cancelada por el devastador terremoto que sacudió a Chile y por ello esta vez no han faltado recuerdos y tributos.


Además, Chilevisión se estrenará como el canal encargado de transmitir el festival, tras haber ganado la licitación el año pasado cuando la empresa aún estaba en manos del actual presidente chileno SebastiánPiñera.


Otra novedad fueron los presentadores, EvaGómez y RafaelAraneda, cuya vestimenta, desempeño o la forma en que se dieron el tradicional beso que abre el concurso fue objeto de minucioso escrutinio público. Esto es, en definitiva, parte del atractivo de la ocasión.


Pero es quizás la elección de la madrina lo que no sólo acapara titulares sino, sobre todo, fotografías.


La primera madrina en Viña del Mar fue la italiana Rafaella Carrá, en 1982. Porteriormente también lo fueron la venezolana CatherineFulop, la argentina LucianaSalazar, la mexicana Thalía y la uruguaya NataliaOreiro; probablemente a ninguna le hizo daño el haber obtenido esta corona para su promoción como figuras femeninas del espectáculo.


Este año compiten una modelo argentina, dos modelos y una abogada chilena y hasta una artista ucraniana. Todas relativamente desconocidas con ansias de dejar de serlo.


Y es que en medio de la era de las redes social y los reality showscomo Gran Hermano, "en vez de ser un festival al que había que ir, como antes, ahora es simplemente un programa de televisión", afirma Muñoz.


Toda una metamorfosis la del Festival de Viña, cuya importancia en alguna época fue tal que fue el primer programa televisado en color en Chile.